Práctica ancestral, la meditación en consciencia plena se integra ahora en el mundo de la empresa, gracias por su enfoque científico. Encuentro con Emmanuel Faure, fundador de MBSR Lille, facilitador de transición, profesor de meditación, instructor MBSR (formado por la Universidad de Salud Pública de Brown, Providence, USA).
En concreto, se trata de un ejercicio de atención y concentración. En un programa MBSR, uno se entrena para estar atento, como los músicos que ensayan para un concierto. Esta práctica trae calma, lucidez. La consciencia plena también apoya a los participantes en los problemas que enfrentan, principalmente el estrés y la ansiedad. Grandes deportistas se han convertido incluso en seguidores, como el tenista Djokovic que lo practica una hora al día.
Tengo la impresión de que para mí es la convergencia de dos cosas: mi propia curiosidad por lo que es la vida, ser un humano en el siglo XXI; y una necesidad de vivir mejor situaciones delicadas (agotamiento profesional). Como todos los consultores, empecé haciendo consultoría, con el deseo de ayudar a la gente. Las consultoras son muy exigentes, el ritmo es, a menudo, difícil. Descubrí entonces el mindfulness que me ayudó mucho, pero en ese momento no se hablaba de esta práctica. Estaba preocupado, me preguntaba si no era una secta. Pero cuando vi que el sector médico hablaba de ello, me pareció muy relevante y decidí entrenarme. Mi espíritu emprendedor me ha guiado a querer transmitir esta práctica para que cada uno encuentre resiliencia y discernimiento en el mundo de la empresa, para inventar e innovar.
Se podría decir que hay tres tipos de beneficios.
El primero se refiere a la reducción del estrés. Los participantes lo manejan mejor y encuentran los recursos suficientes para trabajar con compromiso, alegría y rendimiento. Así que las empresas y colaboradores salen satisfechos.
El segundo es un aumento de la eficacia y del discernimiento, y por tanto de la innovación. En diez años hemos perdido nuestra capacidad de concentración, de 30 a 17 segundos. ¿Por qué? Las tecnologías, los ordenadores y los portátiles, que dispersan la mente. Vivir más aquí y ahora nos ofrece un acceso a la realidad de la situación: una mejor comprensión aparece entonces de forma natural.
Por último, el tercer beneficio está relacionado con los comportamientos pro sociales colectivos. Cuanto más se practica la meditación de plena consciencia, más se escucha al otro. Se logra comprender las emociones porque se toma conciencia de la realidad. Si reaccionamos de manera diferente, perdemos menos tiempo, hablamos de temas reales, nos abrimos y eso nos da más compasión y solidaridad.
El grupo Adeo, pero también ONGs, universidades, escuelas y bancos practican la meditación de plena consciencia.
Gracias al mindfulness, un consultor se concentra sobre aquello que quiere el cliente. Un consultor recibe mucha información, pero solo alguna es útil. Por lo tanto, hay que tener criterio, hacer las cosas a la par para concentrarse en la buena información y estar a la escucha del cliente. Además, inconscientemente aplicamos esquemas idénticos para clientes diferentes. La práctica permite tener conciencia de ello y corregirlo. La gestión del estrés también resulta beneficiosa, ya que un consultor puede tomar malas decisiones con miedo.
Para más información : Emmanuel Faure, la huitième semaine